jueves, 17 de noviembre de 2011

Y un día te vi ….

Trabajo desde hace casi 26 años en esta fábrica. La vida económica del país me enseñó durante mucho tiempo, que los ciclos se cumplían inexorablemente por lustros.
Ingresé allá por 1986 a la terminal automotriz. Era el momento de la cresta de la ola de una época industrial. Tres meses después nacería mi hijo mayor que hoy puedo decir con orgullo que ya trabaja también en esta fábrica. En los cinco años siguientes vi partir compañeros expulsados del trabajo, suspensiones, reducciones y otra vez llegar tiempos de bonanza.
Esta rutina se repetiría de manera precisa durante los siguientes lustros. Hubo momentos de más de 4000 compañeros trabajando y hubo de los que vos contaste hoy, cuando quedamos solo 700 …. hiperflexibilizados y con miedo permanente. Es que en 2001 y 2002, quedarte sin trabajo significaba quedar fuera del sistema.
Y vino un día Tu Compañero, allá por 2003, cuando con gran esfuerzo de muchos, éramos la única terminal que lanzaba un nuevo modelo, en medio del infierno económico al que él siempre se refirió durante su gobierno. Y Néstor fue talismán de la suerte, porque al año siguiente arrancábamos el segundo turno que se traducía en una nómina de más de 2500 personas “dignificadas” por el trabajo que tanto escaseaba por entonces.
Qué decirte que desde 2003, esta fábrica no paró de incrementar la actividad y la ocupación. Llegamos a un ciclo de más de 8 años sin parar de crecer, y eso no lo hizo la improvisación, ni el viento de cola. Como dijiste, hoy somos más de 5400 personas que trabajamos con mucho orgullo en lo que hacemos y nos llevamos el pan a casa bien ganado.
Me leerás y dirás “aramos dijo el mosquito”, “parecés dueño de la empresa y sus intereses!”. Dejame que te cuente ….
Trabajé en línea de montaje cuando ingresé. Laboré durante años también como mecánico, arreglando las máquinas que sirven para la fabricación de autos. Me tocó también por ideales, ser activista gremial durante largo tiempo. Trabajé en áreas técnicas y de gestión. Fui operario, empleado, supervisor y llegué hoy a cargo de cuadro de la Cía. Y siempre, en todos los lugares que me tocó trabajar, lo hice con el orgullo de hacer bien lo que me tocaba cumplir, respetando a compañeros y colegas y poniendo lo mejor de mí. A pesar de los vaivenes y los gobiernos de turno, siempre me levanté a la mañana como millones de argentinos, pensando en colocar mi ladrillo en la gran construcción colectiva.
Por eso hoy quería verte, para celebrar tu visita. Para compartir contigo el esfuerzo, el orgullo y el trabajo de muchos. Mas allá de un modelo de auto, una empresa o una marca, quería que supieras que en silencio muchos trabajan, te acompañan y te agradecen por conducirnos a un país en el que da gusto vivir.
Hoy te vi y me sentí parte … no aflojes!!. Que no nos arrebaten los vendedores de humo nuestro futuro. Somos muchos los que te interpretamos, nos comprometemos y empujamos en tu mismo sentido.
Chiflá cuando haga falta!!  
Gracias Morocha! Gracias Kumpa!!

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